LAS CAPAS GEOLOGICAS
Después que Jaime nos dejó en el suelo
Miguel con su "paquete" causó ira,
a Pérez lo pusieron en la mira
y a Velásquez nos dieron por consuelo.
Este último en verdad fue pasajero,
preámbulo a un gobierno desastroso
que al país al subsuelo, por un foso,
condujo el deshacer del chiripero.
¿Qué ofrece esta vez el Presidente?
Una "nueva" asamblea constituyente
que es un "viejo" debate inalámbrico;
y entonces mientras se hablan pendejadas
parálisis total, no se hace nada.
Estamos descendiendo hacia el precámbrico.
Caracas, 27 de enero de 1999
LA MARCHA TRIUNFAL
in memoria (4-2-99)
Por la primera vez en nuestra historia
yo presencié un desfile militar,
en fecha en que no logro recordar
la efeméride anual de una victoria.
Lo curioso del caso que hoy relato,
es que el hombre vencido en aquel día
es quien la marcha ordena a porfía,
lo que a mí me resulta insensato.
Convertir en victoria una derrota
siempre ha sido en política una nota.
No quiero ni pensar que esto es un globo,
que el Ejército pronto, en fecha cierta,
festeje la batalla de "La Puerta"
en lugar del glorioso "Carabobo".
Caracas, 15 de febrero de 1999
LA LLUVIA CONSTITUYENTE
La incontinencia verbal
que acompaña al Presidente,
resulta proporcional
a su actitud negligente.
Habiendo sido informado
de una catástrofe en ciernes,
decidió que era adecuado
ocuparse de ella el viernes.
Entretanto su atención
la centró únicamente,
en el plan de votación
del bodrio constituyente.
En defensa de su causa
insultó a troche y moche,
no hubo un momento de pausa
hasta la última noche.
Al contrario, desafiaba
con un verbo altisonante,
la señal que le mostraba
aquella lluvia incesante.
No existió el gesto prudente
de un gobernante sincero,
advirtiéndole a su gente
sobre el riesgo verdadero.
¡Ocurrió lo inevitable!
La tragedia nos embarga,
y aunque doquiera es palpable
ha sido más dura en Vargas.
La reacción más bien tardía
del gobierno nacional,
culpables busca a porfía
en lugar de aglutinar.
Aunque la arenga de moda
pregona el enfrentamiento
entre la negra y la goda;
se ha impuesto el razonamiento.
Ha sido la juventud
que desechando el discurso,
campo le abre a la virtud
de unirnos para el decurso.
Entonces el comandante
muestra cara compungida,
por la tragedia agobiante
que pudo ser advertida.
Dije advertir, no impedir.
Que esto hace la diferencia
para tranquilo dormir,
sin un cargo de conciencia.
Quizá alguno ha pensado
que hay propósito de enmienda.
Con lo que hoy ha anunciado
Por Dios! quítense la venda.
Quiere comerse una hallaca
con los que han sobrevivido;
y acaso entregue una placa
de respaldo a los sufridos.
Comensales de las sobras
que hoy carecen de todo,
no advertirán la maniobra
pero estarán codo a codo.
Y al concluir la Nochebuena
volverán a su miseria.
¡Cientos de noches sin cena
pero fueron a la feria!
Sigue así la verborrea,
como en verdad corresponde
al que carece de ideas,
del qué, del cómo y del dónde.
No juzguemos sus palabras
obremos con más criterio,
hagamos como las cabras
mostrémosle un rostro serio.
Ya él nos había pedido
juzgarlo por sus acciones,
será un juicio merecido
hacerlo a sus omisiones.
El pueblo como la hormiga
trabaja sin descansar,
como cigarra que hostiga
no hace el hombre sino hablar.
Pico A. Geno
Caracas, 20 de diciembre de 1999